
ATESORANDO LA NAVIDAD
Siempre me ha intrigado la frase “María atesoraba todas estas cosas y las meditaba en su corazón” (Lucas 2:19). ¿Qué significa “atesorar” los acontecimientos que tuvieron lugar la noche en que nació Jesús?
Un examen detallado de la frase indica que la palabra traducida como “atesorar” procede de una palabra griega que significa conservar o mantener dentro de uno mismo. Incluye las ideas de observar y recordar.
Al igual que María atesoró sus recuerdos de aquella primera Navidad, Dios nos llama a atesorar los momentos que nos regala durante esta época tan especial del año. ¿Cómo podemos reflexionar sobre la verdadera razón de la temporada?
En primer lugar, dedica tiempo a reflexionar sobre la verdadera historia de la Navidad.
El bebé en el pesebre sigue siendo el Salvador del mundo. Sí, es estupendo ver a los miembros de la familia, intercambiar regalos y disfrutar de comidas especiales, pero nada se compara con la entrada de Dios en nuestro mundo en forma humana. Lucas 2:8-11 nos lo recuerda:
En esa misma región había unos pastores que pasaban la noche en el campo, turnándose para cuidar sus rebaños. Sucedió que un ángel del Señor se les apareció. La gloria del Señor los envolvió en su luz, y se llenaron de temor. Pero el ángel les dijo: “No tengan miedo. Miren que les traigo buenas noticias que serán motivo de mucha alegría para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor”.
En segundo lugar, dedica tiempo a reflexionar con otros creyentes esta Navidad.
Ya sea en un servicio especial de la iglesia local o en un hogar entre amigos cercanos, reserve una ocasión esta Navidad para recordar el verdadero propósito de la fiesta con sus amigos y familiares cristianos. Canten villancicos, lean los relatos bíblicos de la Navidad en Lucas 2:1-20 y Mateo 1:18-2:12, y oren juntos, agradeciendo a Dios por haber enviado a Jesús como Salvador del mundo.
En tercer lugar, dedíquese a reflexionar ayudando a alguien en esta época navideña.
Como Dios ha venido a nosotros, nos llama a ir a los necesitados. Ya sea ayudando a un niño que necesita regalos o a un anciano que necesita atención, hay un lugar donde cada uno de nosotros puede servir.
En esta época del año, las oportunidades de la iglesia y de la comunidad para servir a los necesitados están fácilmente disponibles. No dejes pasar los momentos divinos que Dios ha puesto en tu camino para compartir su amor con alguien que lo necesita.
En cuarto lugar, dedica tiempo a registrar la obra de Dios durante el año pasado.
A menudo olvidamos rápidamente las muchas maneras en que Dios nos ha bendecido. ¿Qué tal si nos tomamos unos momentos para compartir o escribir algunas de las muchas maneras en que el Señor nos ha ayudado este año? Cuando recordamos lo que Él ha hecho en nuestras vidas, nuestros corazones se llenan de adoración por Aquel que vino a por nosotros en aquella primera Navidad.
Como María, podemos “atesorar” las formas en que Dios actúa en nuestras vidas. Sin embargo, esto no ocurre por accidente. Cuando reflexionamos intencionadamente sobre la verdadera historia de la Navidad, la experimentamos con otros, ayudamos a los necesitados y miramos hacia atrás para ver lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, nos encontraremos atesorando la Navidad de una manera mucho mayor.