Creo en Jesús… Viene de Nuevo
Si tuviera que adivinar, ¿cuánto cree que el Nuevo Testamento habla de la segunda venida de Jesús? ¿Le sorprendería saber que la segunda venida
…se alude a él aproximadamente una vez cada trece versículos en el Nuevo Testamento, y una vez cada diez versículos en las Epístolas. Con esta evidencia ante nosotros, ¿podemos exagerar la importancia de la verdad de que Él vendrá de nuevo? Difícilmente. El regreso de Cristo está tan claramente establecido en la Biblia que es un artículo de fe entre los cristianos que toman sus Biblias en serio.[1]
Hay un desacuerdo significativo entre los cristianos en cuanto al momento del regreso de Jesús. No abordaremos aquí estas cuestiones por dos razones. En primer lugar, esas cuestiones han sido tratadas exhaustivamente por quienes se dedican a la discusión. En segundo lugar, lo esencial es que Jesús volverá. Él fue muy claro al respecto. Así que nuestra responsabilidad es estar preparados cuando Él venga.
Pero, ¿qué significa eso para nosotros hoy mientras lo esperamos? Primero, debemos tener cuidado de no convertirnos en lo que Michael Bird llama “maníacos del fin de los tiempos”.[2] No nos concentremos tanto en el fin de los tiempos, en buscar señales o en tratar de determinar fechas, etc., que nos olvidemos de vivir como seguidores de Cristo en el mundo actual.
Debemos recordar que mientras la Biblia nos exhorta a prepararnos para la venida de Jesús, también nos recuerda que debemos estar igual de concentrados en cómo vivimos hoy. Debemos aprender a “decir ‘no’ a la impiedad y a las pasiones mundanas, y a vivir con dominio propio, de forma recta y piadosa en este tiempo” (Tito 2:12).
Debemos “despojémonos también de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante” (Hebreos 12:1).
Esta vida es todo el tiempo que tenemos para escuchar y responder al evangelio. Esta vida es también todo el tiempo que tenemos para compartir el evangelio con aquellos que no conocen a Cristo como su Salvador. Una vez que muramos, o Jesús venga de nuevo, será demasiado tarde. Nuestra eternidad estará fijada. “Estén preparados”, dijo el Salvador a sus discípulos, “porque a la hora que no piensen vendrá el Hijo del Hombre” (Mateo 24:44). ¿Cómo se puede estar preparado? Llevando cuentas cortas con Dios y con los hombres; tomando la vida día a día, como nos dijo Jesús que hiciéramos (Mateo 6:34); y haciendo caso al consejo del himno del obispo Ken: “Vive cada día como si fuera el último”.[3]
