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¿Por qué el cielo es tan emocionante? Cielos Nuevos y Tierra Nueva.

Las Futuras Glorias del Cielo

Hoy en El Programa de John Ankerberg, ¿cómo será el cielo? ¿Qué nos ha dicho Dios sobre el magnífico mundo por venir? Si alguna vez has  planeado un viaje a Disneylandia, a las montañas o un viaje a Europa, por lo general habrás buscado información en folletos o visitado el internet para saber cómo son esos lugares. Esas guías de información nos animan para ir allí. Pero la guía para el cielo es la Biblia, y nos dice que esperamos a un cielo nuevo y una tierra nueva que Dios ha prometido. Pero si el cielo, o como el versículo dice, “el cielo nuevo y una tierra nueva”, será tu casa un día, ¿Qué sabes sobre el cielo? ¿Qué esperas estar haciendo, experimentando, visitando los lugares donde pasarás 

toda la eternidad?

Mi invitado de hoy es el autor del libro más vendido El Cielo, el Dr. Randy Alcorn. Él nos describirá las cosas maravillosas que Dios ha prometido a los cristianos, y lo que vamos a disfrutar de nuestras futuras casas en el cielo. Únase a esta edición especial de El Programa de John Ankerberg.

Programa 1

Dr. John Ankerberg: Bienvenido a nuestro programa, estamos hablando con el reconocido escolástico sobre el tema del cielo en los Estados Unidos, el Dr. Randy Alcorn. Hoy vamos hablar sobre el tema de la nueva Jerusalén, la ciudad a la cual todos nos dirigimos. “…estar ausentes del cuerpo y estar presente con el Señor”.  Y en Su bella ciudad. ¿Qué tan grande es esta ciudad? ¿Qué cosas vamos a encontrar en esta ciudad? Comencemos, Randy, con este versículo de Apocalipsis 21:15-16, que dice, “El ángel que hablaba conmigo llevaba una caña de oro para medir la ciudad, sus puertas y su muralla. La ciudad era cuadrada; medía lo mismo de largo que de ancho. El ángel midió la ciudad con la caña, y tenía dos mil doscientos kilómetros: su longitud, su anchura y su altura eran iguales”. Ahora bien, Randy, ayúdanos a entender qué están diciendo estas palabras.

Dr. Randy Alcorn: Bueno, algunas personas dicen que esto es simbólico, y dicen que el cúbico, es como el lugar santísimo, y representa la perfección de Dios, las tres dimensiones, del Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo. Bueno, todo esto puede ser cierto, Pero nos dice, que eran medidas humanas las que en realidad estaban siendo usadas. Así pues, de seguro que veremos un enorme lugar. Y debe de recordarnos lo que Dios tiene guardado para nosotros, en la eternidad, es algo grande, mucho, mucho más grande de lo que hayamos experimentado en esta vida. Si pudiésemos entender que esta vida es solo el comienzo para el pueblo de Dios; si es que tienes una relación con Jesucristo, no tienes necesidad de preocuparte, pero bien, puede alguien decir ¿He pasado ya la cima de mi vida? Y todavía tengo muchas cosas en mi lista de cosas por hacer en la vida y ésta es mi única oportunidad; éste es el único tiro que tengo de experimentar felicidad en este mundo de belleza y abundancia.

Esto saca a relucir lo que pensamos sobre el cielo: No tenemos un cuadro bíblico del cielo, pues el cuadro bíblico es, que en el principio, Dios creó los cielos y la tierra, así pues, se nos dice en Apocalipsis 21:1, que Dios hace lo mismo de nuevo. Excepto que esta vez Él crea cielos nuevos y tierra nueva. El renueva lo viejo. Hay una continuidad entre ellos. Así pues el universo nuevo en el cual viviremos será más grande, por medio de la sangre redentora de Cristo, Será más grande que cualquier cosas que hayamos experimentado en esta vida. Así las maravillas del mundo serán más grande que cualquier cosa que hayamos experimentado.

Sabemos que habrá una nueva Jerusalén. ¿Podría haber un nuevo Los Ángeles, un nuevo Londres? ¿Podría haber una nueva Chattanooga? Quiero decir, ¿Por qué, no?  Si una ciudad es hecha nueva, ¿Por qué no otras ciudades hechas nuevas? La obra redentora de Dios de redimir la cultura y alcanzar y hacer todas estas cosas, tener una música redimida, tener un arte redimido, tener un teatro redimido, deportes redimidos, y toda la experiencia humana. Creo que podremos ir a visitar lugares—si nunca has estado en las cataratas del Niágara; yo lo he hecho, pero hay muchos otros lugares donde no he estado. Pero, ¿Por qué no, una nueva cataratas del Niágara, y por qué no, otras cataratas mucho más grandes y tan grandes que harán que nuestros corazones adoren a Dios?

Ankerberg: Sí, yo he tenido la oportunidad de viajar y llevar el evangelio a muchos países, recuerdo la primera vez que visité Suiza y viajar por esas montañas por tren, me encantaba ver las montañas pasar. He estado en Etiopía cuando tenía sólo 19 años, y subí a una gran montaña y divise sobre lugares donde la revista Life decía que era uno de los lugares donde la civilización todavía no había llegado en la tierra. Y escuchaba los sonidos, y no podías más que escuchar los sonidos de la naturaleza. He estado en las selvas de Kenia dónde ves los animales, y te das cuenta de su belleza.  O los océanos de diferentes partes del mundo; y puedes decir, “Sabes, si no tenemos esto en el cielo, me lo voy a perder”. Pero, dinos qué nos quiere decir Dios con estos versículos y otros pasajes de las Escrituras que vamos a experimentar en el cielo nuevo y la tierra nueva.

Alcorn: Se nos dice aún en esta vida que “los cielos declaran la gloria de Dios”. La astronomía ha sido mi pasatiempo desde que era pequeño. Yo crecí en una familia no cristiana, y me gustaba observar a través de un telescopio las maravillas del cielo, todavía recuerdo la primera vez que vi la galaxia de Andrómeda, y leía sobre cuántos años luz se encontraba, y cuántas cientos de millones de estrellas había. Y recuerdo que cuando estaba en sexto grado lloraba, simplemente lloraba, por la inmensidad del universo. Pero sentía que me encontraba afuera de todo eso. No sabía de qué trataba todo eso. Nunca había escuchado el evangelio, al pasar los años, me encontré en bachillerato, y ya de joven, vine a la fe en Cristo. Y un día encontré mi telescopio, el cual no había visto por muchos años, allí en la esquina, lo saque, era una noche clara, miré al cielo, y me dirigí a esa gran galaxia de Andrómeda, y me puse a llorar de nuevo, pero esta vez por una razón diferente, la razón por la cual llore fue, sí, ella era grande y extensa, pero ahora conozco al Dios que la creó. Ahora, estoy en relación con el Dios de las maravillas, quien creó todas las galaxias, las nebulosas, los agujeros negros, los cuásares y las maravillas del universo. ¡Y ahora Le conozco!

Ankerberg: Háblanos sobre el hecho que Dios nos ama y cómo es que Él nos ha diseñado con ciertos deseos y gustos. Él va a quitar todas las cosas malas de nosotros. Pero, Él va a fortalecer todo lo bueno en nosotros. Es decir, Él no va a destruir las cosas que nos gustan, Él las va a enriquecer. Todo va a ser mejor pues Él es un Dios de amor, ¿verdad?

Ankerberg: Y por supuesto, en esta tierra nueva que Él está preparando para nosotros, Él ya sabe las cosas que nos gustan. Él ya conoce las cosas que anhelamos. ¿Por qué? Porque Él nos las dio y Él las va a completar. También dice que todo va a ser mucho mejor de lo que podamos soñar.

Alcorn: Pascal, el gran matemático y científico, dijo que todo hombre busca la felicidad. Es algo que es innato en nosotros, la búsqueda de felicidad. Es algo que viene de Dios. El problema no es que busquemos la felicidad; el problema es que buscamos la felicidad en los lugares equivocados; cisternas rotas que no pueden retener el agua. En su lugar, debemos de buscar la felicidad donde se puede encontrar—en Jesucristo; en Dios, el Creador del universo. Él es la fuente principal de toda felicidad. También tenemos las bajas corrientes de felicidad que C.S. Lewis nos habló, las que experimentamos aquí en la tierra. Y lo que tenemos que hacer para gozarlas en la manera que hemos de gozarlas, es no convertirlas en ídolos, más bien debemos de rastrearlas para encontrar su origen, y encontrar en ellas a Dios la fuente de todo lo que es bueno. Él es la fuente de todo lo que nos hace feliz. Él es quien culmina nuestros sueños. El ver Su rostro será estar en relación con el Creador del universo. Las Escrituras nos hablan acerca del Señor que da la bienvenida a su siervo y le dice, “Bien, siervo bueno y fiel… entra en el gozo de tu señor”. Un gozo que es antes de la creación de este mismo mundo; un gozo que siempre ha existido en el Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y Dios no dice, ve a encontrar felicidad en otro lugar, sino que dice, entra en Mi gozo, Mi placer de Mi creación; Mi deleite en Mi mismo, Mi deleite en ustedes como Mis hijos.

Ankerberg: Dejemos a un lado la tierra nueva, y háblanos exclusivamente de la ciudad, ¿Cuántos pisos puede tener esta ciudad? ¿Qué tan grande es? Danos un ejemplo de sus dimensiones.

Alcorn. Bien, con 2,240 kilómetros, si tienes divisiones o pisos, que sean de unos 3,6 metros de altura, serían unas 600,000 plantas o pisos. No obstante, no creo que vaya a ser construida de esa manera. Algunas personas dicen, bien, a lo mejor la parte de arriba se quita y viene a ser como una pirámide. A lo mejor se vea de esa manera. Pero lo que sabemos es que la cantidad de metros cuadrados está más allá de nuestro entendimiento, y esto solo tiene que ver con la nueva Jerusalén. Pero tenemos toda una tierra nueva.

Pero eso no es todo, tenemos todo el sistema solar, toda una nueva galaxia. Y si hay una nueva Jerusalén y si hay una tierra nueva, ¿por qué no un nuevo sistema solar, una nueva galaxia y muchas nuevas galaxias? Porque se nos dice que Dios crea nuevos cielos y nueva tierra. Bien, los cielos son los cielos celestiales. No solo la atmósfera, Pero es que todo el universo es recreado.  ¿Podremos explorar esas galaxias en las edades venideras? Creo que es muy probable. Piensa en lo que podemos hacer ahora como seres humanos que en lugar de usar el 10% del cerebro, usar el 100% de los cerebros, y poder unir esfuerzos y colaborar científicamente. Ya hemos estado en la luna; podrías aterrizar en Marte si lo quisiéramos. ¿Qué podríamos hacer si no estuviésemos sujetos al pecado y el sufrimiento de la muerte, y juntos poder trabajar para glorificar a Dios y explorar el universo?

Ankerberg: Muy bien, amigos, esto es maravilloso, vamos a tomar un descanso. Cuando regresemos vamos a hablar más sobre la nueva ciudad de Jerusalén, la tierra nueva, y vamos a hablar también un poco sobre cómo vamos a viajar. ¿Cómo es que nos vamos a reunir para las celebraciones? Y ¿Cómo es que vamos a adorar a Dios? Quédate con nosotros, regresamos ya mismo.

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Ankerberg: Muy bien, estamos de regreso. Estamos hablando acerca del cielo con el Dr. Randy Alcorn. Él es un líder reconocido sobre este tema en nuestro país. Randy, me gustaría que habláramos de las calles de oro en el cielo. ¿Hay en verdad calles de oro en la nueva Jerusalén?

Alcorn: Se nos dice que sí las hay, pero algunas personas dicen, “bueno, eso es solo una forma figurativa de hablar, y nada más, ¡oye! El oro es el metal más precioso, y allí está en las calles y las personas caminan sobre él”.  Quizás sea una referencia despectiva para no poner tu esperanza sobre qué vas a caminar, sabes, en la eternidad. A lo mejor hay algo de verdad en ello. Pero creo que está diciendo que no hay fin al valor que Dios está poniendo en ese lugar, las piedras preciosas, 12 piedras preciosas, que se nos dice que van a estar adornando las paredes de la nueva Jerusalén. Creo que estaremos rodeados por la belleza de todas esas cosas.

El oro es bello. Aunque estemos separados de él, ¿Lo necesitaremos por su valor financiero? No, ¿tendrá valor financiero? Probablemente no. El caso es, que es hermoso; y Dios lo hizo así, y creo que esto es lo que vemos en la nueva Jerusalén—tenemos la maravilla de los minerales, tenemos la maravilla de la naturaleza vegetal y árboles y la fruta; tenemos montañas; tenemos animales; el gozo y el placer de todo eso. Con respecto a los animales, por ejemplo, las nutrias, sabes, aún aquí en esta vida que está bajo maldición, he visto a nutrias jugar, y lo hacen por horas y horas, y todo lo que hacen es comer y jugar, lo que parece ser una vida muy buena. Y pienso, que bien que se la pasan.

Ahora, Romanos 1 nos dice que Dios ha revelado Sus atributos en Su creación. Eso quiere decir que cuando vemos a la nutria divirtiéndose, jugando, entonces podemos decir que a Dios le gusta jugar. Esto no vino de Satanás. ¿Pensamos que Satanás creó a las nutrias? Por supuesto que no. En otras palabras, debemos ver a Dios en esto. Por lo tanto, hay cosas que son placenteras.  Con mi perra, ella solo quiere que le acaricie las orejas, y ella está lo más a gusto, y la veo a los ojos, veo una maravilla y veo al Dios que creó esa maravilla. No es que el mundo esté lleno de todas estas cosas de menor importancia, Y uno puede decir, “a quién en verdad le importa esto; a Dios solo le interesa las cosas espirituales”. ¡No! Dios es el arquitecto de todas estas cosas, físicas y espirituales, y vamos a poder disfrutarlas sin sufrimientos, sin muerte, por toda la eternidad—para Su gloria.

Ankerberg: Siguiendo esa misma línea, hablemos acerca de la relación de la adoración y las otras cosas que vamos hacer. Tenemos la idea que la adoración sólo está aquí en la iglesia, y el hecho es que, cuando estamos trabajando o jugando al fútbol o jugando al golf, o cualquier otra cosa o actividad, acaso no es eso adoración. Así pues, la parte placentera de la vida no es adoración. Bien, alguien puede decir que eso no es bíblico, pero, cómo podemos reconciliar estas dos cosas.

Alcorn: Primara de Corintios 10:31 nos dice: “ya sea que coman o beban o hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”. Esto quiere decir que no solo vamos a la iglesia para la gloria de Dios. ¿Qué más ordinario que comer y beber? Y cuando tú caminas, cuando te pones en pie, cuando te levantas, cuando te acuestas por las noches. La vida está llena de cosas, y todo lo que hay en nuestras vidas debe ser para la adoración, honra y alabanza de Dios, aún en esta vida.  Un profesor de teología me reto sobre algo que había dicho sobre la tierra nueva, “quien sabe, a lo mejor andemos en bicicletas para la gloria de Dios”. Él dijo, “Randy, si podemos ver a Dios. ¿Por qué hemos de interesarnos en bicicletas?” Y yo le dije, “Bien, no es que estemos haciendo de las bicicletas unos ídolos que vayamos a adorar en lugar de Dios. Por lo contrario, tenemos que adorar a Dios al disfrutar de la bicicleta”. Ahora mismo, suelo ir en bicicleta por el Corredor de Spring Water en Portland, y ando en bicicleta por kilómetros y kilómetros, y adoro a Dios, yo mismo, en un mundo bajo maldición, yo mismo como un pecador, adoro a Dios al andar en mi bicicleta. Si no podemos adorar a Dios andando en bicicleta, entonces, no deberías de hacerlo.

En la eternidad creo que adoraremos a Dios en todo lo que hacemos. ¿Habrá tiempos en que sólo Lo miraremos y caeremos de rodillas ante Él?  De seguro que sí. Pero, también se nos dice que Sus siervos Le servirán. Es decir, haremos otras cosas, y visitaremos otros lugares. Pero nunca nos separaremos de Dios. Nunca perderemos el sentido de la presencia de Dios de la manera que lo hacemos algunas veces en esta vida.  Él está en todas partes presentes aún ahora, pero perdemos la vista de ello. En la eternidad nunca Le perderemos de vista. Veremos al Dador de las cosas en todo regalo en todo momento.

Ankerberg: ¿Nos dará Dios la habilidad de viajar atrás en el tiempo y poder ver Su providencia, el ver cómo Él nos guardó, el ver cómo Él nos dirigió? ¿Cómo podemos ver que esto suceda?

Alcorn, sabemos que Dios no está limitado por el tiempo y espacio. Él existe fuera del espacio y el tiempo. El espacio y el tiempo son en realidad creaciones de Él para que vivan dentro de ella las criaturas finitas. Pero Dios, el Dios de lo sobrenatural y milagroso, puede en verdad, si así lo decide, llevarnos fuera de donde estemos en el futuro, viviendo en la tierra nueva. Y pueda ser que Él nos permita ver y estudiar, casi en la manera de una especie de video, lo que sucedió entonces, el estudiar historia y ver Su providencia en la historia. O si Él quiere, nos puede transportar de forma invisible y mostrarnos y observar a Jesús hablando a Sus discípulos. ¿Has alguna vez deseado—yo lo he hecho—poder haber estado allá cuando Jesús dio el Sermón del Monte? Pues, Dios puede llevarnos de regreso. Y pienso que en el versículo de Efesios 2:7 sugiere que este tipo de cosas pueden pasar; pues dice que los tiempos venideros Dios nos mostrará “las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”.  Sí, la gracia y la bondad que vendrá en los tiempos venideros, y también creo que fueron manifestadas en los tiempos pasados. Por consiguiente, Él puede llevarnos de regreso a nuestras vidas.

Podremos regresar en el tiempo y presenciar cosas como lo sucedido en un horrible accidente de automóvil, sin importar el trauma que pudo haber causado, y poder verlo a través de Sus ojos y decir, “Señor, así que es eso lo que estabas haciendo, cuando prometiste que Tú harías que “a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”. Eso es lo que estabas haciendo en mi vida”. Hoy mismo, tenemos que aceptar eso por fe. Un día nuestra fe se volverá visible. De manera retrospectiva, creo que podremos ver hacia atrás y ver la gracia y bondad de Dios en nuestras vidas, y Su propósito.

Ankerberg: ¿Si tenemos un ser querido que muere sin Cristo y se va al infierno, estaremos tristes en el cielo porque sabemos que ellos se fueron al infierno?

Alcorn: Bien, esta es una pregunta que la gente hace mucho, yo crecí en una familia no creyente y sé cómo es estar en ese contexto; todavía tengo a un ser querido que no conoce al Señor, y tengo una serie de amigos que no conocen al Señor. Así que entiendo la forma de pensar al respecto, y es un poco difícil para nosotros comprender. Pero, encontramos esto; vemos en el libro de Apocalipsis a ángeles y personas en el cielo que están regocijándose por el castigo de Dios sobre los incrédulos de la tierra; y cuando Él trae muerte y destrucción, las personas se regocijan por la manifestación de la santidad de Dios. Ahora, cuando se trata de personas que amamos, tenemos que entender que Dios los ama tanto que fue a la cruz por ellos. Pero, es seguro que el cielo nunca será superado por el infierno. El infierno no tendrá poder sobre el cielo. Los gozos del cielo nunca serán disminuidos por la realidad del infierno. Y en verdad creo que en los tiempos venideros, el infierno no será más que una nota de píe en el desarrollo de la historia de redención en los términos de lo que Dios ha hecho por Su pueblo y por lo que hará en los tiempos venideros. No estaremos obsesionados por eso; y, no, no creo que nos robe de nuestro gozo.

Ankerberg: Para las personas que quieran conocer a Cristo, en 30 segundos, ¿Cómo ellos pueden conocer a Cristo personalmente y estar seguros que van al cielo?Alcorn: Tienen que ver a Jesús por lo que Él es, y a ellos mismos por lo que son. El hecho es que están separados de Dios, Jesús dijo, “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por Mí”. Para llegar a tener una relación con Dios, deben de aceptar a Jesucristo como su Salvador, reconocer que Él pagó el precio por sus pecados. Ese es el único camino por medio del cual una persona puede venir a tener una relación con Dios.

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