
¿Por qué el cielo es tan emocionante?¿Será el cielo un lugar emocionante?
Los Nuevos Cielos y la Nueva Tierra
Introducción
Locutor: Hoy en El Programa de John Ankerberg, ¿Por qué el cielo es tan emocionante? Si alguna vez has planeado un viaje a Disneylandia, a las montañas o un viaje a Europa, por lo general habrás buscado información en folletos o visitado el internet para saber cómo son esos lugares. Esas guías de información nos animan para ir allí. Pero la guía para el cielo es la Biblia, y nos dice que esperamos a un cielo nuevo y una tierra nueva, que Dios ha prometido. Pero si el cielo, o como el versículo dice, “el cielo nuevo y una tierra nueva,” será su casa un día, ¿Qué sabe sobre el cielo? ¿Qué espera estar haciendo, experimentando, visitando los lugares donde pasarás toda la eternidad?
Mi invitado de hoy es el autor del libro más vendido El Cielo, el Dr. Randy Alcorn. Él nos describirá las cosas maravillosas que Dios ha prometido a los cristianos, y lo que vamos a disfrutar de nuestras futuras casas en el cielo. Únase a esta edición especial de El Programa de John Ankerberg.
Programa 3
Ankerberg: Bienvenido a nuestro programa. Estamos hablando sobre el maravilloso tema del cielo. ¿Qué vamos a hacer en el cielo? ¿Cómo será el cielo? Y hoy vamos a hablar con el experto, el Dr. Randy Alcorn, quien es un escolástico reconocido sobre el tema del cielo en nuestro país,
Además, ha escrito más de 47 libros sobre este tema. Amigos, vamos a empezar con un versículo, Apocalipsis 21:2-3 y así sucesivamente: “Vi además la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, procedente de Dios, preparada como una novia hermosamente vestida para su prometido. Oí una potente voz que provenía del trono y decía: ¡Aquí, entre los seres humanos, está la morada de Dios! Él acampará en medio de ellos, y ellos serán su pueblo; Dios mismo estará con ellos y será su Dios”.
Y el pasaje bíblico sigue, Randy, no va haber más muerte, no va haber más lamento, no más llanto. Dios va a quitar todo eso de nosotros, las enfermedades, el dolor, la muerte. Este lugar que se describe aquí es el sitio donde Dios dice que es al que vamos. Hemos de definir unos términos para aquellos que se acaban de unir a nosotros esta semana. Tenemos el presente cielo; si fuéramos a morir ahora mismo, estamos hablando del presente cielo. ¿Cómo va ser? ¿Y cuál es el futuro cielo, pues este es un concepto diferente para muchos? Podría definir estos términos.
Alcorn: El cielo presente es donde vas cuando mueres. En teología se le llama el cielo intermedio. No me gusta ese término, pero se usa a menudo. Pero al actual cielo, es donde te vas a estar con Jesús, ya sea lo que eso significa. Sabemos que está en algún lugar fuera de nuestra actual existencia, algo que no podemos ver. Pero, tenemos indicios de esto en 2 Reyes 6, por ejemplo, donde encontramos a Eliseo y su siervo, y él ora y dice: “Oh Señor, te ruego que abras sus ojos para que vea”. Y el siervo vio unos caballos, y carros de fuego, guerreros. Bien, estas cosas ya estaban allí, no vinieron a existir de repente. Era sólo que el siervo no podía verlos. Y así, a veces hay indicios que nos sugieren que tal vez el cielo es un universo paralelo, que no podemos ver, pero que está justo allí. Es físico; es real; es tangible; pero que normalmente no lo podemos ver. Por otro lado, el cielo futuro son los cielos nuevos y la tierra nueva, que es simplemente un sinónimo para el nuevo universo, un universo redimido. Y ahí es donde vamos a vivir para siempre. Y Dios va a venir y morar con su pueblo. Así que el cielo presente es estar con Jesús; y el cielo futuro es estar con Jesús; pero la diferencia es que el cielo presente no está aquí en esta tierra. El cielo futuro estará en esta tierra, donde el cielo y la tierra se unen bajo Cristo, como se nos dice en Efesios 1.
Ankerberg: Si, descríbenos la nueva Jerusalén, la ciudad donde todos vamos a “estar ausentes del cuerpo es estar presente con el Señor”, y en Su hermosa ciudad. ¿Qué tan grande es esta ciudad? ¿Cuáles son las cosas que vamos a encontrar en esta ciudad? Descríbela tal como es en estos momentos.
Alcorn: Sabemos que es enorme. Se nos dice que un ángel utilizó una medida humana para describirla como un cubo de 2240 kilómetros. Bien, se nos dice que esa nueva Jerusalén está en el cielo ahora mismo, y esta nueva Jerusalén que es traída a la tierra es de ese tamaño. E incluso para aquellos que dicen: “Bueno, eso no es literal, eso es sólo figurativo,” bueno, si es figurativo, la intención es sin duda transmitir una gran cantidad de tamaño, algo enorme. Y creo que lo que esto nos debe decir es que hay espacio para todo, mucho espacio; cosas que hacer, lugares para ir, gente que ver. Se nos dice en Apocalipsis 22, que Sus siervos le servirán. ¿Tienen los siervos falta de cosas que hacer? Se nos dice que vamos a gobernar el mundo para la gloria de Dios. ¿Tienen los gobernantes falta de cosas que hacer? Así que sin duda vamos a tener mucha actividad. Y la cosa más grande es que, por supuesto, estaremos con Dios que es la fuente de todo bien y de toda felicidad.
Ankerberg: Hablemos más al respecto, en la ciudad nueva va haber un río de vida. ¿Qué es eso, y por qué lo necesitamos?
Alcorn: El río de vida, creo que es un río literal que fluye desde el trono de Dios, sabemos que el árbol de vida, que crece en ambos lados del río, es un árbol literal. Vemos al árbol de vida que es un árbol real que da fruto, y es el que estaba en el Jardín del Edén, del cual ellos podían comer de su fruta y de los otros árboles también. El árbol del cual no podían comer era el árbol del conocimiento de bien y el mal. Pero ese árbol de vida, que desapareció del jardín del Edén cuando las puertas fueron cerradas, el cual es usado un par de veces de manera figurativa en el libro de Proverbios, pero de manera literal en Apocalipsis 2, donde se nos dice que el árbol de la vida está en el paraíso de Dios. Y luego aparece otra vez en Apocalipsis 22, donde el árbol de la vida está creciendo en ambos lados del río. Se nos dice que produce fruto nuevo todos los meses. Y que las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones. Así pues, servirá de vida y nutrición continua. No seremos infinitos; no estaremos sin necesidades, pero la diferencia es que nuestras necesidades siempre serán suplidas. No es que nunca vamos a comer, es que nunca pasaremos hambre, pues siempre habrá suficiente para comer.
Ankerberg: Sí, vamos a hablar de esto un poco más. El hecho es que si tienes una ciudad, la nueva Jerusalén, la cual es de 2240 kilómetros de largo, 2240 kilómetros de ancho y 2240 kilómetros de altura, eso es una gran ciudad. Y tienes este río hermoso que fluye, que debe ser de al menos 2240 kilómetros, y si es en cada dirección, estas hablado que podría haber canales que están alrededor de estas calles de oro, donde podrías incluso tener barcas bajando por estos canales.
Alcorn: De seguro que sí.
Ankerberg: Y podremos beber de este río y ver los hermosos árboles, y así comienzas a tener un paisaje del cual Apocalipsis nos describe. Y puedes preguntarte, ¿Cómo es esto en realidad? ¿Qué más puedes ver en esa ciudad?
Alcorn: Se nos promete que veremos a Dios. Ahora, para algunas personas eso es algo muy aterrador, ya que en el Antiguo Testamento se dice que ningún hombre puede ver a Dios; ningún hombre puede ver a Dios y vivir. Pero la razón de esto es nuestro pecado. Adán podía ver a Dios y vivir cuando Dios bajó al jardín del Edén y caminó con él y todo eso. Pero cuando el pecado entró en el mundo, esto hace que tememos a la idea de ver a Dios. Pero se nos dice, una vez cubiertos con la justicia de Cristo, siendo seres totalmente justos, vamos a estar en la misma presencia de Dios. Así que la persona que ama a Jesucristo, cubierto por Su sangre, al ver Dios verá la fuente de toda bondad, la fuente de toda felicidad, la fuente de toda belleza. Pero la persona que no conoce a Jesucristo, tiene razón de temer a la idea de ver a Dios, esa persona necesita tener una relación con Cristo, arrepentirse de sus pecados, ser purificado, y así poder regocijarse de ver a Dios.
Ankerberg: Muy bien, amigos, esto se pone bueno. Vamos a tomar un descanso. Cuando regresemos vamos a hablar acerca de: ¿Qué vamos a comer en el cielo? ¿Vamos a dormir en el cielo? ¿Habrá animales en el cielo? ¿Te reunirás de nuevo con tu mascota preferida en el cielo? Bien, son preguntas interesantes; vamos a preguntar a Randy que las conteste cuando regresemos. Quédate con nosotros.
Ankerberg: Muy bien, estamos de regreso. Estamos hablando con el Dr. Randy Alcorn, y estamos tratando con el tema glorioso del cielo. Y hemos llegado a un punto interesante donde quiero que Randy nos hable acerca de ¿Cuál es la base bíblica para creer que habrá animales en el cielo? Y seguidamente, ¿Las personas que han tenido mascotas que han amado mucho, se reunirán con ellos en el cielo? Bien, comencemos con la base, en primer lugar, sabemos que Elías, fue alzado al cielo en un carro de fuego y caballos de fuego, de acuerdo con 2 Reyes 2:11. También se nos dice en Apocalipsis 6:2, 8 que hay muchos caballos en el cielo. De hecho, hay tantos caballos para todo el ejército celestial, y de todos los santos redimidos, que vienen con Cristo del cielo cuando Él regrese. Así que tiene que haber muchos caballos. ¿Qué otra clase de animales crees que hay en el cielo?
Alcorn: Bien, en primer lugar, si hay todos esos caballos en el cielo, de seguro que ha de haber otros animales; pues tan pronto como tienes un animal en el cielo, ¿Por qué se menciona a ese animal? Bien, existe una razón específica, porque están relacionados con las personas que han ido al cielo, como Elías y luego nosotros que venimos de allí con el Señor, quien montará en un gran caballo, también. Esto es lo que se nos dice. ¿Pero qué de otros animales? Bien, aunque no sabemos mucho de otros animales en el cielo presente, sabemos mucho sobre animales en la tierra nueva. La razón por la que sabemos eso es porque Isaías 60 se cita dos veces en Apocalipsis 21-22, con pasajes que se aplican a la tierra nueva. Ese capítulo está lleno de animales. Se habla de camellos, de caballos, de mulas, y se mencionan todo tipo de animales. En Ezequiel 47, que también es citado, en referencia a la tierra nueva al final de las Escrituras, habla sobre peces en el agua. Así pues, vemos todo esto.
Pero, lo que está claro es Romanos 8. Nunca se me olvidará cuando estudiaba este pasaje, pues no tenía la convicción de que habría animales en la tierra nueva al comenzar a estudiar este capítulo. Y cuando terminé, me di cuenta que había cambiado totalmente mi forma de pensar al respecto. Siempre había pensado, me gustan los animales, es un sentimiento caluroso pensar que pueda haber animales en la tierra nueva. Pero lo que descubres en Romanos 8 es que toda la creación sufre; y se habla de que toda la creación gime. Se distingue al hombre del resto de la creación, y dice que toda la creación. Así pues, no solo está hablando del sufrimiento de los seres humanos.
Bien, ¿Qué seres no-humanos de esta creación están sufriendo? Bien, claramente los animales tienen la capacidad de sufrir. Se nos dice también que aquellos que están sufriendo, como parte de todo esta creación que sufre, van a experimentar una liberación que vendrá con la resurrección de los hijos de Dios. Bien, esto parece estar diciendo que los animales serán resucitados de alguna manera como los seres humanos. Y por qué no, Dios ciertamente los puede recrear, o lo que sea. Pero, parece que está diciendo, que no sólo habrá animales en la creación nueva, pero que algunos animales que están actualmente sufriendo serán liberados de ese sufrimiento y experimentaran el gozo de no tener más dolor ni muerte en la creación nueva.
Bien, esto abre la puerta para decir, ¿Qué animales escogerá Dios de esta vida para ser parte de la vida venidera? No sería justo como Él tomar animales de los que hayamos personalmente tenido cuidado, tenido una relación, que hayan tenido un significado especial en nuestras vidas—y de seguro así como con mi esposa y yo, que nos gustan los perros y tenemos muchos perros, y Dios nos ha ministrado a través de estos animales. Hay algo tan especial en ese perro, que salta sobre ti, y lame tu rostro y te quiere de la manera que tú eres. Y es un amor incondicional en el cual hay gozo.
Dios dice que Él se ha manifestado en Su creación. Así que si eso es verdad ahora, y en las edades venideras, no sería justo como Él de reunir a las personas con sus mascotas—no lo sabemos de seguro bíblicamente, pero podría ciertamente ser verdad—y ser capaces de gozar por siempre en un mundo sin dolor, sin angustias, sin muerte. Y como Romanos 1 dice que al ver la creación, vemos los atributos de Dios manifestados en la creación, y seremos capaces de ver Sus atributos en un animal.
Ankerberg: Ahora, cuando dice que ya no habrá más mares, qué, no más mares en el cielo nuevo, la tierra nueva, bueno, parece ser que a todos nosotros nos gustan los océanos, ¿verdad? Entonces, ¿estamos perdiendo algo de vista aquí? ¿Qué nos puedes decir al respecto?
Alcorn: Creo que estamos perdiendo algo de vista, John, pues recuerdo haber leído a Charles Spurgeon sobre esto, dónde Spurgeon hacía la argumentación que, el mar—para las personas de esos días—era todo lo que estaba mal. Personas se perdían en el mar; personas se ahogaban; las personas que se les terminaba el agua potable se iban a beber el agua salada del mar y se volvían locos; los ejércitos y barcos enemigos llegaban por el mar. Los separaba de sus seres queridos. Todo lo malo estaba relacionado con el mar.
Entonces, cuando dice que no habrá más mares, ¿Está diciendo que no habrá grandes cuerpos de agua? Bien, tenemos el río, ese grande y vasto río que fluye desde el trono de Dios. Y piensas que si es desde el trono de Dios, entonces tiene que ir a algún lugar. ¿Adónde va? Creo que va a dar agua a todo el mundo, ya sea en forma de grandes lagos o que podemos llamar un océano, pero no un mar en el sentido de agua salada que intoxica y todo eso. Ezequiel 47 es un pasaje relacionado con la tierra nueva. Lo sabemos porque es citado al final del libro de Apocalipsis. Y en él, habla acerca del agua que viene a través de la ciudad, y cuando sale va hacia el mar, y hace del agua salada, agua fresca. Y creo que ésta es la mejor interpretación. El mar ya no es el mar; es ahora agua fresca. Y cuando hablamos del tema de los animales, alrededor de tres cuartas partes de todas las especies animales que viven en el mundo actual están en los océanos. Y creo que es muy probable que los mares se conviertan en agua fresca, Y Dios hará todos los cambios necesarios en los animales. Por ejemplo, tenemos al león, al lobo y al cordero, todos ellos reposando juntos. Y dice que el león comerá paja como el buey. Así pues, Él va a cambiar algunas cosas en todo el sistema digestivo para poder acomodar el hecho de que no habrá más muerte, ni más asesinatos, en la tierra nueva.
Ankerberg: ¿Habrá montañas en la tierra nueva?
Alcorn: Sí, Se nos dice en el libro de Apocalipsis, que Juan es llevado a una montaña grande, desde donde se le mostró todo esto. No es la montaña, es una montaña. Uno puede asumir que con una montaña habrá muchas montañas. Y de seguro que tenemos el árbol de la vida, así pues, sabemos que hay árboles. Hay uno y cuando tienes uno de algo entonces puedes proyectar que hay más. Y que está produciendo un nuevo fruto cada mes, y comeremos de ese fruto. Y también, tenemos los banquetes, así que sin duda tendremos en la tierra nueva una variedad de productos alimenticios que podemos disfrutar.
Ankerberg: ¿Vamos a poder dormir en el cielo?
Alcorn: No lo sabemos, no se nos hace saber eso, pero una de las respuestas que se da es, “Bueno, por supuesto que no, pues seremos infinitamente fuertes y poderosos y no necesitaremos descansar”. Pero no es así, puesto que sí viviremos para siempre, pero eso no es lo mismo que ser infinitos. Solamente Dios es infinito. Por lo que nosotros siempre seremos criaturas finitas. ¿Necesitaron Adán y Eva dormir? Es de presumir que la respuesta es que sí, ¿Es el dormir un resultado de la maldición? No creo que lo sea. Así como tampoco el comer es el resultado de la maldición. Así pues, creo que es muy posible que podríamos necesitar dormir y descansar. Pero, no creo que habrá la fatiga debilitante y el agotamiento de la manera que ahora lo experimentamos.
Ankerberg: La Iglesia mormona dice que nos vamos a casar en el cielo, pero, ¿Qué dice Jesucristo?
Alcorn: Jesús dice que en el cielo no se casarán ni se darán en casamiento. Y muchas personas piensan que, ¡oh! no, puesto que yo quiero tanto a mi esposa que deseo que vivamos juntos para siempre en una relación matrimonial. Pero, yo veo esto de una manera diferente. Nanci y yo—Nanci es mi esposa; ella es mi mejor amiga; somos muy cercanos y hemos crecido más y más cerca según han pasado los años, y yo sé esto, que ella y yo seremos parte del mismo matrimonio por toda la eternidad. ¿Por qué? Porque la Biblia no dice que no habrá parejas casadas en el cielo, se nos dice que habrá un matrimonio, nosotros estaremos casados con Cristo, Jesucristo y Su novia. Nanci y yo, juntos con el resto de la novia de Cristo, estaremos casados con Él. Así que gozaremos del acercamiento y la intimidad de ser uno así como somos la novia de Cristo. Él es nuestro esposo que nunca nos fallará. Él es infinito y gozaremos, creo, una relación tan cercana en el cielo que nunca hemos gozado en la tierra, a pesar de lo buena que haya sido.
Ankerberg: Hay personas que están escuchando que asumen que van a ir al cielo, pero en realidad no es así, quiero que tomes tiempo para hablar de esto. Nos quedan sólo dos minutos, pero hablamos de cómo las personas pueden dejar de estar engañadas entre su pensar de que van al cielo y estar seguros que van al cielo, que ellos han hecho lo que Dios dice que deben hacer.
Alcorn: ¿Cuántos de nosotros hemos estado en funerales donde hablan acerca del difunto? Y él ha muerto ahora, y a él le gustaba el golf, y sin duda él está en el cielo jugando al golf. Y tú estás ahí sentado y dices, “yo le conocía, y sabes, él no amaba a Jesucristo, él nunca se arrepintió de sus pecados, él no vivió una vida que honrara a Dios, ni que fuera fortalecido por la presencia interna del Espíritu Santo, él no reconocía a Dios, y él no conocía al Salvador. Así pues, lo que se está diciendo es una mentira”. La Biblia nos muestra que el destino predeterminado para una persona que no ha cambiado es el infierno, ese es el lugar donde se ha de ir, pues somos pecadores y estamos en gran necesidad de la gracia de Dios y no hay nada que podamos hacer para ganarla u obtenerla, “Él nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino conforme a su misericordia… Porque por gracia habéis sido salvados por medio de la fe, y esto no de vosotros, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. No hay nada que podamos hacer para ganar nuestra entrada al cielo. Cuando alguien diga, “¡Oye! yo quiero lo que me merezco,” ¡cuidado! No querrás lo que te mereces. Lo que te mereces es una palabra de ocho letras, infierno. Eso es lo que yo me merezco, pero por la gracia de Dios, Él nos da el cielo para toda la eternidad al arrodillarnos y aceptar el regalo de Jesucristo.
Ankerberg: Ofrece una oración por los amigos que quisieran hacer una oración al Señor, o quizás ellos quieran orar contigo, o tal vez quieran orar ellos mismos. ¿Qué necesitan decir? Amigos, si en verdad te gustaría conocer a Jesús y obtener perdón de tus pecados. Me gustaría que oraras juntamente con Randy ahora mismo.
Alcorn: Señor Jesús, reconozco que soy pecador, que en verdad me merezco el infierno y no el cielo. Señor, muéstrame la condición real de mi corazón, muéstrame cómo he quebrantado Tu palabra; el odio que he tenido; los celos que he tenido; las codicias que he cometido; robos; y de seguro, Señor, un corazón que no está bien contigo, ni con otras personas, un corazón que no te ama, ni tampoco ama a los demás. Señor, reconozco que el pecado está dentro de mí, y me doy cuenta que estoy separado de Ti. Te pido por la gracia de Jesucristo, que apliques a mi vida la sangre vertida por mis pecados, y que pueda experimentar un completo perdón y saber que voy a pasar la eternidad contigo en el cielo por medio de Tu gracia. Te lo pido, en el nombre de Jesús, Amén.
Ankerberg: Amigo, si has hecho esa oración, la Biblia dice “todo el que” aquí has de poner tu nombre, “invoque el nombre del Señor,” si tu hiciste esa oración; las últimas palabras en este versículo, es lo que Dios hace, “será salvo”. Él te ve, y si tú en verdad lo has hecho, entonces, Él te ha salvado, Él comenzará a hacer una obra en tu vida. Él ha perdonado tus pecados y ahora comenzará a vivir contigo, a caminar contigo y a cambiar tu vida.
Bien, la próxima semana vamos a hablar sobre esta gran ciudad a la cual nos dirigimos. La Nueva Jerusalén, ¿Qué vamos a experimentar? Y ¿Cómo es que la Nueva Jerusalén eventualmente bajará a esta tierra? Espero que te unas a nosotros la próxima semana.
Amigos, espero que te unas a nosotros de nuevo la próxima semana.